En el complejo mundo de la salud mental, constantemente surgen enfoques terapéuticos innovadores diseñados para aliviar el sufrimiento y promover la curación. Entre ellos, la Terapia de Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares (EMDR, por sus siglas en inglés) ha ganado un reconocimiento significativo por su potencial para abordar desafíos como la ansiedad y el estrés postraumático (TEPT). Pero, ¿en qué consiste exactamente el EMDR y cómo puede marcar la diferencia? Desde Contigo-Psicología, en Vigo, te damos las respuestas.
¿Qué es el EDMR?
El EMDR es una forma de psicoterapia interactiva que se utiliza para aliviar el malestar psicológico asociado con recuerdos traumáticos. A diferencia de las terapias de conversación tradicionales que se centran en la narración detallada del evento traumático, el EMDR emplea la estimulación bilateral, generalmente a través de movimientos oculares guiados, aunque también se usan otras formas como toques o sonidos.
La teoría detrás del EMDR sugiere que los eventos traumáticos pueden quedar "atascados" en el cerebro, procesándose de manera disfuncional y contribuyendo a síntomas persistentes como flashbacks, pesadillas, ansiedad intensa y evitación. La estimulación bilateral se cree que facilita la activación del sistema de procesamiento de información innato del cerebro, permitiendo que el recuerdo traumático se procese de una manera más adaptativa y se integre con experiencias más positivas.
¿Cómo funciona el EMDR en la práctica?
Inicialmente, se establece una historia clínica completa y se identifica el recuerdo objetivo que se va a trabajar. Luego, se prepara al paciente con técnicas de afrontamiento para manejar cualquier angustia que pueda surgir durante el procesamiento.
La fase central implica la estimulación bilateral mientras el paciente se enfoca brevemente en diferentes aspectos del recuerdo traumático, incluyendo imágenes, pensamientos, emociones y sensaciones corporales. Después de cada serie de estimulación, el terapeuta pregunta al paciente qué ha notado. Este proceso se repite hasta que el recuerdo ya no genera una angustia significativa y se asocia con pensamientos y creencias más positivas.
Eficacia para la ansiedad y el estrés postraumático
Numerosas investigaciones han respaldado la eficacia del EMDR en el tratamiento del TEPT. Se ha demostrado que reduce significativamente los síntomas intrusivos, la evitación, las alteraciones negativas en el pensamiento y el estado de ánimo, y la hiperactivación en personas que han experimentado traumas de diversa índole.
En cuanto a la ansiedad, si bien el EMDR se asocia principalmente con el tratamiento del trauma, también ha mostrado ser prometedor en el abordaje de diversos trastornos de ansiedad, como el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico y las fobias. Al ayudar a procesar recuerdos subyacentes o experiencias vitales que contribuyen a la ansiedad, el EMDR disminuye los síntomas y una mejora en la capacidad de afrontamiento.
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